Una parte de la historia de los militares, en todo el mundo, en todos los tiempos, es una historia de infamia.
Infamia significa deshonra, descrédito, maldad, vileza en cualquier línea.
Y duélale a quien le duela, una parte de la historia de los militares en todo el mundo, en todos los tiempos, es una historia de infamia.
Infamia repetida una y mil veces en guerras, asesinatos, violaciones e infinidad de ejemplos de perversión y degradación.
Infamia demostrada decenas de veces, con la indignidad de convertirse en “gorilas” o de servir de soportes y cómplices de decenas de “gorilas” que han esclavizado pueblos enteros en todo el mundo, para vergüenza de la civilización.
En la Venezuela posterior a la independencia, los militares instauraron regímenes totalitarios y corruptos o protegieron y sostuvieron a dictadores corrompidos que ultrajaron la dignidad nacional, para llenar de oprobio la historia nacional.
Esta es la verdad. Lo demás es mitología.
Al pan, pan y al vino, vino.
Pedro J. Avila
4 de febrero de 2012
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