1. Organizaciones religiosas
2. Gobiernos (de cualquier tipo)
3. Partidos políticos
4. Farmacéuticas
5. Petroleras, químicas, petroquímicas y carboníferas.
6. Bancos, seguros, casas de bolsas, financieras, etc.
7. Cigarrilleras
8. Licoreras
9. Telefónicas, eléctricas, hidrológicas, gas, etc.
10. Monopolios y oligopolios.
(*) Se basa en mi experiencia y opinión personal de más de 40 años como periodista y 68 de vida. Con las debidas excepciones, por supuesto. Para comprobar la veracidad, basta echar un vistazo histórico al comportamiento de esos tipos de empresas y organizaciones. Puede extrañar que se incluya a las ONG´s: A mi juicio, en la mayoría de los casos se crean para mantener el control de fondos que, originalmente, corresponden a impuestos en una parte importante, menoscabando así la competencia pública de atribuir recursos públicos.
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